México vivió este sábado un histórico 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el primero con una presidenta, Claudia Sheinbaum, a quien las miles de manifestantes acusaron de no escuchar sus demandas e intentar silenciarlas al cercar con bardas el Zócalo, enviando el mensaje de que en su Gobierno “no llegaron todas”.
“Claudia, no llegamos todas”, se leía en las vallas colocadas frente al Palacio Nacional, donde reside la presidenta mexicana.
El mayor reclamo de las mujeres este 8M fue que a este año no llegaron las más de 3,400 mujeres asesinadas en 2024, entre ellas 839 por feminicidio, crímenes en razón de género, según las cifras oficiales.
A diferencia de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), quien colocó vallas alrededor del Palacio Nacional en cada manifestación feminista, Sheinbaum extendió el cerco alrededor de toda la explanada de la Plaza de la Constitución, la plaza pública y política más importante del país, dificultando el acceso desde el lunes pasado.
A diferencia de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), quien colocó vallas alrededor del Palacio Nacional en cada manifestación feminista, Sheinbaum extendió el cerco alrededor de toda la explanada de la Plaza de la Constitución, la plaza pública y política más importante del país, dificultando el acceso desde el lunes pasado.
Esto provocó la indignación de madres y familiares de víctimas de feminicidio que se instalaron en un plantón y huelga de hambre, frente a la residencia de Sheinbaum.
Sandra Soto, hermana de Serymar Soto, víctima de feminicidio en 2017, en el norteño estado de Coahuila, explicó a EFE que además de justicia y sentencias firmes para los feminicidas, su principal exigencia es lograr audiencia con la presidenta que muestre congruencia con su lema de gobierno.
“Sabemos que ella no tiene la función de condenar a un asesino y también de hacerlo permanecer (preso), pero ella es la máxima autoridad de nuestro país, y ella dice que con ella llegamos todas, y la respuesta es que nos encontramos una muralla de hierro”, expuso Soto.
“No nos permite tocarle la puerta, no nos permite acceder a los edificios de gobierno en donde tenemos el derecho de transitar libremente”, agregó la integrante del colectivo Madres que luchan.
Soto marchó junto a miles de mujeres que tomaron las principales calles de la capital mexicana, y en otras ciudad del país, con consignas y carteles con la misma demanda, el fin de la violencia machista.
Margarita Castillo, quien protestó por primera vez con su hija este 8M, celebró que cada vez hay menos silencio alrededor de estas violencias, y advirtió que Sheinbaum “está en deuda” con las víctimas de violencia que no llegaron con ellas.
“Muchas se quedaron (atrás) ante la falta de empatía de sus mismas familias, la falta de las autoridades (…) en los procesos judiciales, se quedaron en el silencio porque nunca salieron y otras más, pues ya no están”, expuso la mujer de 56 años.
Al llegar al Zócalo, las manifestantes se encontraron con las vallas, que muchas de ellas intentaron derribar, enfrentándose en distintos puntos con la policía que les lanzó gas y explotó petardos para intentar diapersarlas.
“¡Claudia no es aliada, es privilegiada!” y “¡Así fueran para cuidarnos!”, se escuchaba entre las consignas frente a las bardas.
En la capital, las miles de manifestantes salieron de sitios como el Monumento a la Revolución, la Glorieta de las Mujeres que Luchan, la Diana Cazadora y el Ángel de la Independencia, en la céntrica avenida Reforma, para dirigirse al Zócalo con calles, avenidas, negocios y oficinas protegidos por vallas de metal.
Sheinbaum justificó esta medida como una manera de proteger a las mismas manifestantes y a las mujeres policías, ante posibles disturbios, y ha defendido su esfuerzo por erradicar las agresiones machistas al hacer constitucional el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y a la igualdad sustantiva.
No obstante, las asistentes a la marcha demandaban la urgencia de que el Gobierno de Sheinbaum proteja a las mujeres de la crisis de violencia feminicida que azota al país, que deja más de 10 asesinadas al día, una cada dos horas y media en promedio.
Soto avisó que el plantón compuesto por una decena de personas permanecerá en el Zócalo hasta ser recibidos por la presidenta y que “establezca compromisos reales y que todos esos discursos se cristalicen en una realidad y que se giren instrucciones y que haya sanciones que verdaderamente garanticen que no seamos víctimas de violencia”.
Frente a ellas, muchas manifestantes continuaron en la plaza pública, mientras caía la noche y trabajadores de limpieza comenzaban a limpiar el sitio que mañana domingo albergará un mitin convocado por la presidenta para explicar al pueblo cómo fue su negociación para frenar los aranceles de EE.UU. y hablar de la próxima elección de jueces.
En México, miles de mujeres salieron este sábado a las calles de las principales ciudades como Guadalajara, Monterrey, Puebla, Ciudad Juárez y Oaxaca para demandar el alto a las violencias de genero y exigir sus derechos.