La Palma de Oro, máximo reconocimiento del Festival de Cine de Cannes, fue otorgada en 1961 a la película “Viridiana”, dirigida por el aragonés Luis Buñuel. Este galardón no solo consagró al director como maestro del cine surrealista, sino también como un crítico feroz de la religión y la doble moral de la sociedad de su tiempo.
Tras la muerte de Buñuel, sus hijos entregaron a Silvia Pinal el preciado trofeo que “Viridiana” ganó y que, desde entonces, ninguna producción en español ha vuelto a obtener. Un gesto que reafirma el papel crucial de Pinal en esta obra histórica del cine. Ahora que la actriz se fue, ese y muchos de sus invaluables reconocimientos y obras quedarán como un legado eterno en la memoria cultural de México.
El Universal