En un trágico acontecimiento, el alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, fue asesinado y decapitado, según confirmó la Fiscalía General del Estado. Su cuerpo fue hallado dentro de un vehículo en la colonia Villas del Roble, en el este de la ciudad. Este suceso marca un oscuro inicio para su administración, que apenas había comenzado el 30 de septiembre.
Arcos Catalán asumió el cargo en un contexto de creciente violencia en Guerrero, y su asesinato no es un hecho aislado. Solo dos días antes, uno de sus colaboradores más cercanos, el secretario general del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, fue asesinado en el centro de la ciudad. Estos eventos subrayan la gravedad de la situación en la capital guerrerense.
Previo a estos incidentes, el 28 de septiembre, se reportó el asesinato de Ulises Hernández Martínez, quien estaba destinado a ser el nuevo secretario de Seguridad Pública. Estos ataques indican un patrón preocupante de violencia que afecta a quienes asumen posiciones de poder en la región.