Colectivos de madres buscadoras encontraron en el Rancho Izaguirre, ubicado en la comunidad de La Estanzuela, en el municipio de Teuchitlán, Guerrero, encontraron a mediados de la semana pasada una finca que era utilizada como adiestramiento del crimen organizado y que también funcionaba como un campo de exterminio, donde fueron encontrados tres hornos crematorios clandestinos, cientos de zapatos, ropa, objetos personales y restos humanos calcinados.
La líder del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, Indira Navarro, señaló que muchos jóvenes desaparecidos, fueron engañados con falsas ofertas de trabajo a través de Facebook, pero al llegar eran obligados a incorporarse a las filas del crimen.
“Se te enchinaba la piel, al ver todo tirado, ver las maleas, las ilusiones de estos jóvenes, ver cómo terminaban ahí pensando en que podían tener una mejor vida, una mejor paga, y ver cómo algunos de estos jóvenes terminaban en los crematorios que localizamos”, dijo la madre buscadora.
Indira señaló que algunos jóvenes que lograron escapar, la contactaron para narrar el horror que sufrieron, y así fue como dieron con el lugar.
De acuerdo con los testimonios, cuando los jóvenes llegaban a la Central de Autobuses con la promesa de un trabajo, eran raptados y llevados al rancho, donde eran adiestrados para unirse a las filas del cartel hegemónico jalisciense.
El lugar estaba dispuesto en varias zonas: había un área con llantas y alambres de púas para el entrenamiento de reclutas, un sitio para desmembrar los cuerpos, un cuarto adaptado como cocina, baños solo para los mandos, la zona de crematorios y una bodega donde dormían hasta 200 personas.
Los crematorios eran fosas, y de acuerdo con el testimonio de una de las víctimas que pudo escapar, a los reclutas los obligaban a matarse entre ellos mismos y a quemar los cuerpos.
“Era una finca de reclutamiento. Los obligaron a matarse entre ellos, los obligaban a hacer las fosas, los obligaban a quemar los cuerpos”, narró Indira.
A pesar de que en septiembre y enero pasados las autoridades intervinieron el predio, e incluso detuvieron a un grupo de personas, las investigaciones nunca se profundizaron y ni siquiera se reportó que el lugar era usado por el crimen organizado como campo de adiestramiento y exterminio.
Este hallazgo ha evidenciado las fallas y omisiones de las autoridades para llevar adelante las investigaciones y atender uno de los mayores problemas del país: las más de 120 mil personas desaparecidas, según expertos y activistas.
Hasta la fecha las autoridades no han ofrecido un registro preciso de los restos encontrados en el lugar, sin embargo, la Fiscalía de Jalisco confirmó el hallazgo de 7 lotes de restos óseos fragmentados con indicios de exposición térmica, 400 prendas e indumentarias y 96 casquillos de diversos calibres.