A un año de la devastación causada por el huracán Otis y tras el reciente impacto de John, Acapulco enfrenta una compleja tarea de reconstrucción. Con un costo estimado de 110 mil millones de pesos, el gobierno y el sector privado trabajan a contrarreloj para restaurar la economía y reactivar el turismo, la principal fuente de ingresos de la ciudad.
Un año después del huracán Otis categoría 5, cerca de la mitad de los hoteles aún permanecen cerrados y muchos comercios no han reabierto sus puertas.
La Secretaría de Bienestar estima que, hasta ahora, se han destinado más de 35 mil millones de pesos a la reconstrucción, mientras que la Secretaría de Hacienda anunció un paquete adicional de 26 mil millones para infraestructura, apoyo a comercios y viviendas afectadas.
Sin embargo, la situación empeoró aún más cuando el huracán John impactó el puerto el pasado 24 de septiembre, agravando la situación. Se prevé que al menos otros 50 mil millones de pesos serán necesarios para reparar los daños en puentes, carreteras y zonas residenciales.
A pesar de ello, durante el verano de 2024 se observó una leve recuperación. Eventos como el Abierto Mexicano de Tenis y otros congresos ayudaron a atraer turistas, alcanzando una ocupación del 75% en las semanas más concurridas. No obstante, tras el impacto de John, la ocupación hotelera cayó drásticamente al 10%, afectando gravemente a la economía local.
La alcaldesa de Acapulco, Abelina López, ha señalado que los efectos del cambio climático son evidentes en la recurrencia y fuerza de los huracanes. “Nos ha pegado duro”, comentó tras visitar zonas afectadas por desbordamientos de ríos y deslizamientos de tierra, como las colonias Infonavit Alto Progreso y Tecnológica, donde muchas viviendas siguen inundadas.
La mandataria estima que serán necesarios al menos 50 mil millones de pesos más para reconstruir la ciudad. Aunque el gobierno federal ha mostrado su apoyo, los empresarios turísticos se sienten abandonados.
Por su parte, titulares de asociaciones hoteleras y empresas turísticas de Acapulco, denunciaron que los apoyos gubernamentales no han llegado con la misma rapidez que tras Otis, destacando que la ocupación actual de los establecimientos apenas alcanza el 30%, lo que dificulta el pago a sus empleados.
“Nos estamos recuperando, pero necesitamos que la gente vuelva”, sostiene los voceros.