La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) recibió hoy a la presidenta Claudia Sheinbaum en un histórico encuentro durante la CXVII Asamblea Plenaria en la Casa Lago de la CEM, un espacio donde la Iglesia católica y el gobierno federal convergieron en torno a temas prioritarios para el país.
En un ambiente de respeto y apertura, los obispos de México y la presidenta abordaron temas clave para la sociedad mexicana. La construcción de la paz y el fortalecimiento del Estado de Derecho destacaron en la agenda, así como la necesidad de preservar el equilibrio entre los poderes de la nación. Ambos actores subrayaron la importancia de la unidad nacional como motor para el progreso y la paz en el país.
Entre las preocupaciones expresadas por el Episcopado estuvieron la seguridad en las comunidades, la pobreza y el acompañamiento a las madres buscadoras en su lucha por encontrar a sus seres queridos. Los obispos también hicieron hincapié en la importancia de la atención espiritual para enfermos hospitalizados y reafirmaron su compromiso con la defensa de la vida y la dignidad humana.
El tema de la violencia en varias regiones del país fue uno de los ejes de la conversación. Los líderes de la Iglesia manifestaron su inquietud por la falta de efectividad en el desarme de grupos criminales y abogaron por estrategias más robustas que prioricen la protección de las comunidades y la preservación de los recursos naturales.
En el ámbito educativo, la Iglesia ofreció su apoyo en la formación integral de las nuevas generaciones, enfatizando el respeto a la pluralidad de perspectivas y la inclusión de diversos sectores sociales en el proyecto educativo nacional. Para la CEM, un enfoque educativo incluyente resulta esencial para el desarrollo integral de la sociedad.
La Conferencia del Episcopado Mexicano reiteró su compromiso con la paz y reafirmó su disposición a colaborar con el Gobierno en la Agenda Nacional de Paz, proponiendo un diálogo más amplio entre autoridades y sociedad civil. La Presidenta Sheinbaum, por su parte, mostró apertura al diálogo y disposición para coordinar esfuerzos en la búsqueda de justicia y bienestar para los mexicanos.
El Episcopado cerró el comunicado bajo la advocación de Santa María de Guadalupe, pidiendo su intercesión para lograr la paz y el bienestar en el país, en sintonía con el llamado bíblico: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9).
Este encuentro marca un hito en la colaboración entre la Iglesia y el Gobierno, consolidando puentes de diálogo y acción que buscan responder a las urgencias sociales de México.