El primer aniversario del histórico huracán Otis se cumple este viernes en México, donde rompió el récord de intensificación para un ciclón en el Pacífico, dejó casi 70 muertos y devastó al puerto de Acapulco, lo que se agudizó con el sorpresivo huracán John en septiembre pasado.
Miles de habitantes aún no se recuperan, como Anastacia Fierro, vecina del barrio Luces del Mar que se quedó sin su casa de madera y láminas galvanizadas, pero, sobre todo, perdió a su hijo mayor, de 23 años.
“Mi vida no ha sido nada fácil, a lo mejor me ven aparentemente bien, pero la verdad no, perder un hijo no es algo fácil, la verdad lo extraño mucho”, relató a EFE.
Otis rompió el récord de intensificación para un ciclón en el Pacífico el 25 de octubre de 2023, cuando creció de tormenta tropical a huracán categoría 5 en un récord de menos de 12 horas, lo que sorprendió a Acapulco, uno de los principales sitios turísticos del sur de México.
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) reportó esta semana que atendieron 44.653 siniestros por un monto de cobertura estimada en 39.343 millones de pesos (1.985 millones de dólares), por lo que es el segundo huracán más costoso en la historia de México, por debajo del Wilma en octubre de 2005, que costó 2.402 millones de dólares.
Acapulco ha tratado de salir adelante, se han recuperado casas, hoteles, negocios, algunas embarcaciones y la situación económica ha ido repuntando, incluso para Fierro, a quien reubicaron a otro predio, pero ella preferiría tener a su hijo antes que un nuevo hogar.
“Mi casa después del huracán quedó muy destruida, de hecho casi nada quedó, todo se nos echó a perder y pues con mi vida no ha sido nada fácil, mi vida ya es otra definitivamente”, puntualizó.
La madre reconoce que, a pesar de un año de la tragedia, todavía no asimila lo ocurrido e, incluso, a veces piensa que su hijo sigue trabajando y algún día regresará para conversar y abrazarse como siempre lo hacían.
Por ahora, ha tratado de salir adelante con su otro hijo, así como su nuera y su nieto, aunque ha sido difícil por la falta de dinero, trabajo, mano de obra y materiales, pues los costos se elevaron tras el huracán, una palabra que le trae malos recuerdos y mucho miedo.
“Antes mi casa era de madera con láminas galvanizadas, tenía unos muebles, las camas y los muebles se echaron a perder, se mojaron y todo se desvaneció”, comentó.
El puerto padece también porque hace un mes, el 23 de septiembre, (el estado) Guerrero sufrió el inesperado golpe del huracán John de categoría 3, algo que no estaba inicialmente pronosticado y dejó más de 20 muertos en el estado.
Por ello, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que el domingo visitará Acapulco para detallar lo que ha hecho el Gobierno por el puerto.
“Vamos a hacer una conferencia de prensa el domingo en Acapulco, porque se ha hecho muchísimo trabajo por la emergencia del huracán John, no sólo en Acapulco, sino en todo Guerrero”, avisó en su conferencia matutina del martes.
Pobladores permanecen damnificados por ambos ciclones, como Freddy Martínez Pastrana, cuya familia perdió una casa, además del fallecimiento de su primo, la esposa de este y sus tres hijos en la parte alta del barrio 20 de Noviembre.
Ahora, su familia necesita reubicarse.
“Fueron hacer estudios para la demolición porque decían que era necesario hacer muros de contención a la altura de la casa, por el cauce que se generó ahí, a un año se solicita la demolición de la casa y se sigue solicitando”, explicó.
Martínez reconoce que caminar por ese lugar le atrae malos recuerdos, mientras la familia aún padece “miedo y psicosis”.
“Indiscutiblemente, el temor siempre va a existir, ese huracán fue muy desastroso, a nosotros nos arrancó láminas, material que tenemos en la parte de arriba, era una terraza y la barda fue lo que nos afectó, escuchas huracanes y la gente, toda la familia, se quedó con ese temor de saber de un huracán”, aseguró.